Suenan los albogues
por las calles de Málaga,
enmudecidos los gallos
sus cantos no acompañan
los luceros del alba.
Y tras breves silencios
con la misma suavidad
con que asoma la mañana
por las almenas de la Alcazaba
nacen canciones y bailes
al son de las palmas.
En un rincón del jardín
la dulce voz de Achfa
embriaga mi alma.