(Aparece Billy el Niño.)
Billy el Niño: Yo te conozco, nunca olvido una cara. Espero no haberme sobrepasado, a pesar de la experiencia no siempre se golpea en el sitio apropiado.
Salvador: ¿Quiere detenerlos? ¿O no?
Billy el Niño: No tan deprisa. Antes tú y yo vamos a charlar un rato.
Salvador: Le estoy ofreciendo peces gordos, ¿es que no lo entiende? El dictador le cubrirá de medallas.
Billy el Niño: ¿Y tú qué gana con todo esto?
Salvador: Lo que gane o deje de ganar, no le importa. Le pagan por detener a demócratas y antifranquistas. Pues cumpla con su obligación.
Billy el Niño: ¿Crees comunista de mierda que si no me importara seguiría vivo? Te están apuntando a la cabeza desde la azotea de la D.G.S. y yo podría apretar el gatillo en cualquier momento.
Salvador: Es más estúpido de lo que pensaba. Si fuera una trampa, ¿iba a quedar frente a la D.G.S.?
Billy el Niño: ¿Te conozco o no?
Salvador: Creí que nunca olvidaba una cara.
Billy el Niño: Tengo tantas en la cabeza.
Salvador: Busque en los ficheros.
Billy el Niño: No pierdo el tiempo con chivatos.
Salvador: Calle o se quedará con la miel en los labios. Soy militante del Partido Leninista.
Billy de Niño: ¿Nombre de guerra?
Salvador: Pavel, camarada Pavel. ¿Quiere saber qué gano? Se lo voy a decir, aunque no creo que lo entienda: intento cambiar la historia.