Mi amada Safo
tiene el cabello ondulado,
recogido con una delgada cinta,
cuelga sobre sus hombros.
Cuando pasea por los muelles,
o por los Muros Largos,
camino del Pireo,
la fina tela del vestido
no oculta su bello cuerpo,
inflamando el deseo
de dioses y hombres.