El coral

 

     Ya no reposa en la pileta
el coral, que un pescador
extrajo de una negra red,
una mañana que regresó a puerto
huyendo de oscuros presagios.

    Con unas monedas arranqué
de sus curtidas manos,
la hermosa rama roja.

    Al entregártelo, me acariciaste,
jurándome que siempre lo hallaría,
como fruto de nuestro amor,
sumergido en la fuente.