He venido al mundo para dar testimonio de la Verdad, respondió Jesús. ¿Y qué es la Verdad?, preguntó Pilatos. No es Dios, el modo de producción, el nihilismo y la genialidad sino la verdad lo que separa a Jesús, Marx, Nietzsche y Schopenhauer de Pilatos, Montaigne, Pirrón y Sexto. ¿O crees que si sustituyéramos a Alcestis por María Magdalena, a Admeto por Jesús y a Jesús por Zarathustra, la belleza y el fondo animal serían distintos? Puedes comprobarlo por ti mismo. Imagina que hubiera tantas versiones de la Pasión como del mito de Alcestis, y que, en uno de esos evangelios, Jesús, atormentado y angustiado, pidiera a sus discípulos y a su madre que murieran por él, pero sólo María Magdalena, por amor, aceptara. ¿Hubieran sido los coros, los recitativos y los episodios muy distintos? El envoltorio, la forma, quizá, nadie puede sustituir a Eurípides, pero el fondo animal: envidia, amor, celos, odio, codicia….siempre será el mismo, principio de Aquiles, ¿recuerdas?