Poemas

 

            I

 Cuando Helios vio

en los ojos de Aquiles

la lasciva mirada de Hades

iluminó el cielo

ocultando el cadáver

de la bella muchacha.

 

          II

Al rasgar Políxena

sus vestiduras,

unos creyeron ver

las hábiles manos

de Praxíteles,

otros las nevadas cumbres

del Olimpo,

tan blancos y bellos

eran sus pechos.

 

          III

 Viendo Helios

que Hécuba recogía agua lustral

en honor de Políxena

pidió al viento

que empujara el cadáver

de Polidoro

hasta la orilla de la playa.

 

¡Ya no existo!, exclamó,

al ver el cuerpo de su hijo

arrastrado por las olas

 

IV

Viste la diosa

un azafranado peplo

bordado por las hábiles manos

de las jóvenes de Atenas,

en el centro Aquiles,

a sus pies Hécuba

sosteniendo en sus brazos

el cuerpo de Políxena,

junto a ellas Agamenón

observando la escena,

alrededor naves,

grifos y quimeras.