Tus pechos mujer
son el epicentro de tu cuerpo,
la gravedad del mío.
Son fruta joven
que maduran en mi boca
al calor de mi lengua.
Tus pechos
me hacen morder
el anzuelo
y las espinas de sus peces,
quisiera tragar el océano.
Tus pechos mujer
son dos manadas de aves peregrinas
que anidan en mis manos.
Los pechos de mi mujer
son pozos rebosantes
que el viajero sediento
coge con el cuenco de sus manos
refrescándose los labios.
Tus pechos son la sombra
que protege la calma de mi cuerpo.