Al atardecer estaré con ella.
Al atardecer,
pista gris de hielo,
espero a una mujer
agitada por las olas
manos de gaviota
labios de arena húmeda.
En las horas confusas del atardecer,
una mujer ardiente
surcará mi cuerpo
arrastrando tras de sí las olas.
Espero al amor,
deseoso de acampar sobre su cuerpo,
haciendo, de sus brazos y piernas,
una cárcel, un pozo.