Tercer diálogo

 

 

   Los vientos forjan coronas nupciales,
velos de arena y olas,
la mar ardiente relincha
erizada de espumosas púas.

   El cielo abre sus labios
susurrando el comienzo.

 

Mujer:

Tu cuerpo
es un manojo de lluvia
plantado en tierra seca.

Las olas crecerán
cubriendo nuestro abrazo.

 

Hombre:  

Tu cuerpo
es tierra árida
deseosa de estallar en lluvias
y endulzar los océanos.

Estás junto a mí,
nada temas de la marea,
a las olas detendré
al borde del deseo.