Los vientos forjan coronas nupciales,
velos de arena y olas,
la mar ardiente relincha
erizada de espumosas púas.
El cielo abre sus labios
susurrando el comienzo.
Mujer:
Tu cuerpo
es un manojo de lluvia
plantado en tierra seca.
Las olas crecerán
cubriendo nuestro abrazo.
Hombre:
Tu cuerpo
es tierra árida
deseosa de estallar en lluvias
y endulzar los océanos.
Estás junto a mí,
nada temas de la marea,
a las olas detendré
al borde del deseo.