Fue una mañana,
fue un día,
fue toda una mañana,
fue todo un día,
fue una pompa de jabón
con un puñal clavado
salpicando colores.
No fueron palabras,
fue un zarpazo,
una fiera alada
que salió de su boca,
de sus entrañas,
desabrochando mi cuerpo
de un manotazo.
Fueron dientes fieros
que castañeaban
los que cortaron mi aliento.
Fueron sus palabras.