Avempace el músico cabrero

 

Avempace sonríe cuando el agua de la fuente
afina su líquida voz entre los guijarros
nada hay más hermoso que las cálidas notas de su laúd
acompañando con dulzura su canto
sus melodías imitan los dedos del viento
pulsando las ramas de los árboles.

Las muchachas susurran sus canciones
ocultando sus rostros tras los cántaros
cuando baila por el monte palmeando
el monótono balido de las cabras.