Los ojos de mi corazón
atraviesan enamorados
los calados muros
guardianes ciegos
del jardín de Acahb.
Por el Rizaf
camino de Córdoba
el perfume de las rosas
abrazando las palmeras
encelan mi corazón
que relincha apasionado.
Nervioso husmeo el aire
que invisible acaricia sus manos
la más bella flor del albero
burlando la pétrea cárcel.