Aquí delante del océano

 

Aquí, delante del océano,
desde una playa hermosa y abierta,
sintiendo el frescor del otoño,
cuando los mares abandonan los disfraces
mostrándose grises, ariscos como niños,
a sólo dieciocho años para que finalice el siglo,
yo, un poeta de lo humano y un hombre,
observo embriagado las manos gruesas, las miradas,
la arena que escapa entre los dedos,
el agua salpicada de espuma y olas
gozando los matices.

Por las noches,
cuando todos los ojos del universo me contemplan
enviándome su luz desde todas las direcciones,
echo mi cabeza atrás.
El silencio, seductora sirena,
agudiza mis sentidos, la intensidad de la marea.
Arrastrado por su música
me siento miembro de un cuerpo,
de un inmenso animal vivo,
su respiración nocturna y mi pecho se aúnan
insuflando vigor a mis pensamientos,
integrado en la calma se alejan las dudas
renaciendo en mí ilusiones ignoradas.

Os saludo compañeros,
a los de hoy que no conozco,
a los de mañana que no conoceré
pero que podrán sentirme.
Cuando libres rían plenos de vida
yo estaré presente como ahora lo estoy,
como lo están los hombres que me precedieron
y se les agitaba la respiración
al sentir el calor del cuerpo,
las olas rodear sus cuerpos.

Entre ellos te elijo como compañero,
seguro camarada del camino,
a ti, Walt Whitman, poeta del universo,
de todo lo que está viva que aún no conocemos,
de todos los descubrimientos planetarios
que aún quedan por descubrir,
de todos los hombres y mujeres que caminan juntos
felices abrazándose amándose,
a todos ellos y a él,
a todos los hombres del futuro,
yo hoy os hablo
como quisiera que me hablaran ellos
cuando mi cuerpo esté dibujado en la tierra
o vuele en el pico de alguna gaviota
deseando unir en un solo abrazo la tierra y los mares.

Para todos ellos son estos versos,
a todos ellos les hablo lleno de vida
y deseo que sus sentimientos sean los mismos.